jueves, 9 de junio de 2011

"eeeehhh" (dudando)


Ella llama al hombre que está en la calle. En un arrebato de sinceridad, de sencillez, de franqueza, comienza-comenzó una canción. El inicio era claro, cristalino, alegre, rodado…
¿Por qué continuar con una pregunta?
Con solo la formulación de la entonación el comienzo se fue por los suelos, inmaculados, brillantes, acicalados una y otra vez, una y otra vez. Puede que mirar tanto para el suelo acerque a él, puede que echar la mirada atrás acerque al pasado, puede que mirar al presente acerque al segundo ya vivido, puede que mirar hacia el futuro acerque al abismo presente. Pasos inciertos previos, presentes algún momento, fortuitos, improvisados, accidentales, casuales, eventuales, pero al fin y al cabo, pasos.

Pues bien, un paso es un paso. Y un paso es presente y futuro. Un paso te impide mirar hacia el pasado, y sobre todo te “aleja” del suelo. Reinvención del movimiento, formulación de nuevos enigmas, cambio de puntos de vista, interiorización de nuevas sensaciones, inmersión en universos, no paralelos, alejamiento de sistemas rotativos. Sorteo de trayectorias elípticas. Suspensión de la gravedad. Eclipse de imágenes.


Él camina, no mira para atrás. En un impulso de intención programada, en una embriaguez mantenida, suspendida en el ambiente, en un rapto del suspiro, en un ataque de intranquilidad, en un transporte de quietud, obcecación transitoria transitada transformada en zancada producto de un impulso, en una aceleración del sosiego, el paso tambalea el suelo, agita la estabilidad imaginaria de la estructura piramidal, triángulo isósceles de base minúscula.
Piensa en ello, continúa la canción.

Mis pasos

Hoy. Si. ¡Hoy! También ayer. Y probablemente mañana.

Me quedé perplejo en una silueta, anonadado ante semejante haz de misterio, ensimismado por la similitud de mis actos, atónito por su silencio, absorto en lo absurdo de su provocación.
Parecía dirigirme la palabra. Yo miraba hacia atrás, derecha e izquierda, buscando un punto sobre el que recayeran sus atenciones. De repente la perdía de vista.
Momentos de incertidumbre... Me decidí a seguirla. Era muy pronto, no esperaba verla a esas horas. Quería ir rápido, quería ir lento, se adaptaba. A veces esperaba, se difuminaba, se escondía, jugaba conmigo. Avancé, me adelanté, pero no me escapaba aba aba aba aba aba aba aba aba aba aba aba aba…

“…gota celestial de saliva recorre mi boca,
dirigida hacia la plácida luz de mi almohada,
fin de los sueños del sol,
acolchados sobre un manto de acogedor algodón…”



¡¡¡CHIS-PÓN!!!


1 comentario:

  1. uffffff, no me quedo indiferente, nunca, ante nada, pero no se como me quedo... dudando???

    Javi H

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